El desarrollo del niño está directamente relacionado con el desarrollo visual. Alteraciones oftalmológicas pueden conducir a un retraso del aprendizaje en la infancia.

El desarrollo visual se inicia con el nacimiento, cuando el niño empieza recibir estímulos visuales, y finaliza entre los 7 y 9 años de edad. Para qué se realice correctamente es imprescindible que no exista ninguna alteración oftalmológica durante este periodo. Es necesario un diagnóstico precoz de cualquier enfermedad ocular para poder instaurar precozmente el mejor tratamiento posible. Un diagnóstico tardío puede provocar un defecto para toda la vida.

Por todo esto son necesarios los controles oftalmológicos y corresponde al Oftalmólogo Pediátrico realizarlos. No hay una edad mínima para qué pueda ser explorado. En cada edad se utilizan los medios de exploración adecuados.

Si no se observan alteraciones, las revisiones oftalmológicas se tienen que iniciar entre los 2 y 3 años de edad, independientemente de que existan o no antecedentes familiares, y se tienen que realizar cada año. El niño está cambiando con el crecimiento, su sistema visual también.

Los defectos refractivos (hipermetropía, miopía, astigmatismo) se dan en un 20% de la población infantil y adolescente. Son la segunda causa de ambliopía, después de los estrabismos y una causa frecuente de fracaso escolar. Por eso es muy importante realizar las revisiones oftalmológicas periódicas, las cuales tienen que incluir un estudio con midriasis farmacológica (dilatación pupilar con gotas) por el Oftalmólogo.

Hablamos de ambliopía cuando hay un déficit visual por alteración en el desarrollo visual.

Normalmente es monocular (sólo un ojo) y afecta al 2-5% de la población, y hasta un 50% de los niños con estrabismo. Su recuperación dependerá de la edad en la que se interrumpe el desarrollo, la edad de inicio del tratamiento y el tiempo transcurrido, así como de la severidad del déficit y del correcto cumplimiento del tratamiento. El tratamiento de la ambliopía es, en primer lugar el de la causa, corregir el defecto refractivo si existe (20% de la población) con corrección óptica (gafas), y estimular el ojo vago ocluyendo (tapando) el ojo sano con un parche.

El Estrabismo es una enfermedad propia de la infancia en la que se produce la pérdida del paralelismo ocular en cualquier posición de la mirada, es decir, la desviación de un ojo en alguna posición. Dado que es una enfermedad, solo puede ser tratado por el Oftalmólogo. Afecta un 4% de la población infantil. Existen diferentes tipos de estrabismo y cada uno puede requerir diferentes tratamientos (corrección óptica, oclusiones, cirugía). Es frecuente que sea necesaria más de una cirugía para corregir la desviación. El paciente tendrá que seguir controles por el Oftalmólogo toda la vida.