Entre los más pequeños es muy frecuente que se produzca un sangrado nasal causado por un golpe o porque el niño se ha tocado mucho la nariz. Se trata de una situación completamente normal, pero es importante evitar el error más común: inclinar la cabeza hacia atrás ya que el niño se podría ahogar. Para parar el sangrado hay que inclinar la cabeza del niño ligeramente hacia delante y hacer presión con el dedo pulgar sobre el lado de la nariz que esté sangrando entre 3 y 5 minutos.