A José Ramón Germà Lluch su madre le regaló una bata blanca y un estetoscopio cuando tenía seis años, le dejó también en herencia genética la facultad de dormir poco. Con esos mimbres y una notable capacidad de trabajo, el Dr. Germà ha construido un presente dedicado a tratar el cáncer, una enfermedad que hoy se cura, como explica en el libro que acaba de publicar.

Fuente: Revista del Hospital General de Cataluña